Entre la ficción y la física: Desentrañando los misterios cósmicos en la serie “El problema de los tres cuerpos”
La nueva mediática serie de Netflix presenta una de las narrativas más complejas que se haya mostrado en televisión (en la misma línea de la también complejísima serie alemana “Dark”, hace unos años), y dejando de lado la ficción de la amenaza de invasión extraterrestre, aborda temas científicos necesarios de desentrañar.
La serie no solo atrapa la imaginación con su narrativa de ciencia ficción, por cierto, muy convincente, sino que también invita a los espectadores a explorar conceptos científicos profundos y reales. Desde la mecánica orbital, hasta la teoría del caos, “El Problema de los Tres Cuerpos” es un festín para mentes curiosas, ofreciendo una rara oportunidad de entretenimiento intelectual, y, por lo tanto, no recomendable para gustos alejados del interés por la ciencia e historias complejas.
¿Qué es “El problema de los Tres Cuerpos?, ¿es real?
Previo a abordar el tema desde la perspectiva científica, es necesario señalar que la serie de Netflix es una adaptación de la obra (trilogía) del mismo nombre, escrita el 2006 por el novelista chino Liu Cixin. Y antes de eso, en el 2004 se publica también una novela de crímenes titulada “La incógnita de Newton”, pero cuyo título original en inglés es “The three body problem” (El Problema de los Tres Cuerpos, en español) de la británica Catherine Shaw, pseudónimo de la investigadora en teoría de números Leila Schneps, un extraordinario libro de divulgación matemática.
Ahora sí, entrando al campo científico. El problema de los tres cuerpos es uno de los problemas más complejos y desafiantes de la mecánica clásica. Es más, en realidad se trata del problema de los “n-cuerpos”, que se planteó por primera vez en 1889 con motivo de un concurso patrocinado por el rey Oscar II de Suecia. Consiste en predecir el movimiento de tres objetos que interactúan entre sí a través de la gravedad. El primero en estudiarlo y tratar de resolverlo fue el gran matemático británico Isaac Newton, que terminó reconociendo la imposibilidad de solucionarlo. A pesar de los esfuerzos de otros notables matemáticos durante más de un siglo, si bien en la actualidad hay soluciones parciales (Cristopher Moore, 1993, Montgomery y Chenciner, 2000), 135 años después, aún no se ha encontrado una solución analítica completa para este problema.
Desde la mecánica orbital hasta la teoría del caos
Uno de los aspectos más fascinantes de la serie es, como ilustra la estabilidad gravitacional, o mejor dicho, la falta de ella, en sistemas de múltiples cuerpos (n-cuerpos). A través de impresionantes efectos visuales, vemos en la pantalla la danza cósmica de planetas y estrellas, un ballet que debería estar regido por las leyes de la física newtoniana y la relatividad general de Einstein, pero para el caso del problema de los tres cuerpos, no es así.
Además, la serie aborda la teoría de cuerdas y las dimensiones adicionales, conceptos que han sido objeto de intensos debates y estudios de la física teórica. Al hacerlo, “El Problema de los Tres Cuerpos” actúa como un puente entre la ciencia y la cultura popular, haciendo que temas complejos sean accesibles y emocionantes para el público general.
En resumen, “El Problema de los Tres Cuerpos” no solo es una serie para disfrutar con canchita a la mano, parar por momentos para googlear términos científicos, sino también es una invitación a mirar hacia las estrellas y cuestionar nuestra comprensión del universo. Es una obra que desafía a los espectadores a pensar más allá de la pantalla, inspirando tanto asombro como curiosidad científica.