FACEBOOK TAN POLÉMICO Y TÓXICO COMO EL TABACO Y EL PETRÓLEO
Como sucedió con el tabaco y el petróleo, el Congreso de los Estados Unidos ha puesto su mirada a la red social.
Ayer martes 5 de octubre, dos días después de que Francis Haugen exfuncionaria de Facebook hiciera pública en una entrevista que ella fue la que filtró documentos confidenciales y comprometedores contra la popular red social, se llevó a cabo una audiencia en el Congreso de los EE. UU. para abordar el tema.
“Facebook y el caso etiquetado como Big Tech empieza a parecerse a lo que en su momento fue el cuestionamiento a la industria del Tabaco y se denominó Big Tobacco”, dijo el senador Richard Blumenthal argumentando que los productos de la red social “pueden ser adictivos y tóxicos para los niños y jóvenes (y en general para todos) como los cigarrillos.” Frances Haugen, la denunciante antes mencionada, calificó de manera similar las decisiones de Facebook como "desastrosas" y dijo que la empresa "elige las ganancias sobre la seguridad, como pasa con el negocio tabacalero.
Si bien el símil de Facebook con las grandes tabacaleras resulta pertinente, porque ambos ofertan productos poco saludables, sin embargo hay un problema al comparar los dos, es que hoy en día es bastante fácil evitar los cigarrillos, mientras resulta bastante difícil pasar un día en Internet sin interactuar con Facebook y las otras redes sociales.
Otra comparación que se viene haciendo a Facebook es con las petroleras. Al igual que la popular red social, los combustibles fósiles tienen ventajas. Históricamente, el petróleo y el gas nos han proporcionado un suministro de energía relativamente barato y aparentemente abundante. Esto ha dado lugar a inventos geniales como el motor de combustión interna y los automóviles que impulsa. Pero al igual que Facebook, los combustibles fósiles tienen muchos inconvenientes, como la forma en que nuestra dependencia de ellos está destruyendo el planeta, pero también es casi imposible imaginar que el mundo funcione sin ellos.
La mayoría de nosotros no podemos simplemente dejar Facebook. El mundo entero no puede cambiar fácilmente a una nueva plataforma. En este punto, dependemos tanto de los productos de Facebook que apagarlos repentinamente puede detener economías enteras. Y lo pudimos experimentar el pasado lunes con la caída del servicio por largas horas, sobre todo en esta otra parte del mundo. Lo que pudo haber parecido un simple inconveniente para muchas personas en los Estados Unidos, donde hay muchas otras formas de comunicarse y hacer negocios en línea; en nuestra Región y los países denominados “subdesarrollados”, algunos de los productos de Facebook, particularmente WhatsApp, se han convertido en servicios esenciales.
“Las naciones en desarrollo como India, México y Brasil han llegado a depender de estos servicios de mensajería gratuitos”, dijo Callum Sillars, un experto en redes sociales de Ampere Analysis, a The Guardian esta semana. “A menudo son la columna vertebral de la comunicación en estos países. Las pequeñas empresas y las economías informales, en particular, confían en los servicios de Facebook."
Suena un poco a nuestra dependencia del petróleo, ¿verdad? Por ejemplo, si nos despertáramos el próximo lunes y todo el petróleo y el gas del planeta hubiera desaparecido, sería un caos. Pero no sería tan malo en los EE. UU. y algunos países europeos, donde el uso de energía renovable ha aumentado rápidamente. Los países en desarrollo en estas áreas dependen en gran medida de los combustibles fósiles para sus necesidades energéticas diarias y no tienen una alternativa viable en este momento.
Otra analogía entre Facebook y la industria petrolera: ambos juegan un papel enorme en la geopolítica. Facebook, al igual que el petróleo, obtiene enormes beneficios al tiempo que causa un daño inconmensurable a la sociedad. Facebook, como las compañías petroleras de antaño, tiene la costumbre de devorar a competidores más pequeños para aumentar su control sobre el mercado.
Comparar Facebook con un caso emblemático norteamericano como lo fue Standard Oil no solo resulta válido, podría ser hasta premonitorio para el imperio de Zuckerberg, especialmente cuando se observó la relación inversa entre el sentimiento público y la intervención del gobierno en Standard Oil. En pocas palabras, fue solo después de que la opinión de la gente sobre el monopolio de Standard Oil se desplomó a principios del siglo XX (donde fue decisivo el trabajo periodístico de Ida Tarbell) que los reguladores antimonopolio entraron para romper el imperio de John D. Rockefeller.
Lo que sucederá con el imperio de Mark Zuckerberg cuando se enfrente a su última crisis por el daño que causa a la sociedad sigue sin estar claro, pero esta vez se siente más serio que sus escándalos pasados. En su testimonio ante el Comité de Comercio del Senado el martes, Haugen les dio a los legisladores un plan sobre cómo arreglar Facebook, y el senador Blumenthal pidió a Zuckerberg que compareciera ante el comité y respondiera algunas preguntas, específicamente sobre revelaciones recientes, sobre cómo Facebook sabía que Instagram estaba dañando a las adolescentes, pero no hizo nada al respecto.
Si su aparición ocurre este mes, Zuckerberg incluso podría encontrarse con algunos ejecutivos de la industria petrolera que han sido citados para que testifiquen ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Senadores de los EE. UU. sobre la desinformación climática, que por cierto, tienen como medio de difusión o desinformación a Facebook. ¿Casualidad o causalidad? Esto recién empieza, quedamos atentos.