¿EL FACTOR CIENCIA EN EL PRESIDENTE CASTILLO O EL FACTOR MONTOYA (EL FÍSICO) EN EL GOBIERNO?
Razones para un ministerio de CTI y observaciones al proceso de creación
Los científicos no siempre son tan científicos y lo científico tampoco, como muchos pueden suponer o dar por hecho, sobre todo cuando ellos y su actividad se acerca o termina envuelta en el poder político, económico, la fama o las tres cosas, y se aleja de la experiencia rigurosa del método, la recopilación y el análisis de datos, la comprobación o sustentación de lo que se dice o propone, la racionalidad. De eso tenemos muchos antecedentes en la historia mundial. Por eso es importante que los científicos y lo científico (que como comunidad es normal que no estén de acuerdo entre sí) sea el reflejo de la discusión o debate, del cuestionamiento y sobre todo la oposición. Por eso la ciencia es enfrentamiento de razones, pensamientos en competencia, toma tiempo (años) y claro, no es ajena a egos, como todo lo humano.
Desde que el reconocido físico nuclear Dr. Modesto Montoya decidió apoyar, primero a la candidatura y ahora al gobierno de Pedro Castillo, por la coincidencia en torno a la oferta electoral, y ahora de manera concreta por el cumplimiento de la promesa de crear un Ministerio de CTI puesto en marcha exactamente hace una semana a través de la conformación de un Grupo de Trabajo Multisectorial para ese fin, la comunidad científica, la sociedad civil y la opinión pública se encuentra dividida entre razones que justifican la necesidad del Ministerio y observaciones al proceso de creación.
Lo bueno de todo esto es que nunca como hoy la ciencia en el Perú está en la agenda política (y ojalá que no sea solo hasta que se cree o no el mencionado ministerio, sino que se quede y forme parte de la política, decisiones y acciones de Estado, no solo de este gobierno).
Las razones para crear un Ministerio de CTI
El Dr. Montoya es un físico nuclear que, desde inicios de la década del 90, luego de varios años fuera del país decidió retornar al Perú para promocionar y divulgar la ciencia, más aún, al paso del tiempo y confrontarse con la realidad (entiéndase desinterés o desidia de gobiernos) llegó a la conclusión de que a la ciencia no se le da importancia, se encuentra abandonada en el país. No fue casual entonces que resultado de sus diversas iniciativas de promoción y divulgación como el semillero científico o creación del Centro de Preparación de la Ciencia y Tecnología (CEPRECYT) y en los Encuentros Científicos Internacional (ECI-Perú) surgiera la frase “Sin ciencia no hay futuro”, premonitoria con muchos años de anticipación que se convirtió en tendencia o “hashtag” en el actual contexto de la pandemia COVID – 19.
Para el físico nuclear peruano la razón central de la creación del Ministerio de CTI es porque la política y el presupuesto público por sector se define y decide en el Consejo de Ministros, y el ente rector de la ciencia y tecnología en el Perú, el CONCYTEC no tiene acceso a ese nivel de decisiones, con lo cual todo lo referido al tema es postergado o poco valorado política y presupuestalmente.
“El ministerio de CTI está pensado para optimizar el uso de los recursos (económicos y humanos) en ciencia y tecnología, no se trata de crear más burocracia, sino de colocar al CONCYTEC en un lugar superior, elevarlo de nivel, además de optimizar y articular los diversos institutos del Estado dedicados a la investigación que duplican, triplican o cuadruplican esfuerzos en diferentes campos, y el desorden que hay no permite una adecuada colaboración, ni el uso óptimo de los recursos destinados a la ciencia y tecnología”, señala el Dr. Montoya.
Entonces, para el Dr. Montoya el ministerio de CTI es una forma de hacer eficientes las cosas y obtener mejores resultados como son contar con patentes, publicaciones científicas. De otro lado, la inversión en ciencia y tecnología en el Perú es la más baja en la Región, lo que se traduce en el escaso número de científicos, en la dependencia de exportación de recursos naturales y en el otro extremo, la importación de productos de valor agregado y sobre todo de ciencia y tecnología foránea.
“La idea del profesor Castillo es revertir esta situación y exportar conocimiento, que es la riqueza del siglo XXI. No podemos seguir con el complejo de pensar que el Perú no necesita un Ministerio de CTI, otros países ya lo tienen”, sentencia Montoya (el físico).
Razonables observaciones
La economía, la salud, la educación, el trabajo, la producción y los otros 18 grandes temas o ministerios, a los que ahora se pretende sumar la ciencia, no solo pasan por la necesidad de crear un ministerio, sino por la existencia e implementación de políticas públicas que buscan alcanzar los mejores resultados (no solo intenciones), y para ello hay diferentes criterios como el análisis costo – beneficio, aspectos de inclusión y equidad, sustentabilidad y en el caso de materia científica y tecnológica la construcción de una sociedad del conocimiento, pero que además de múltiples criterios, sea multisectorial, transectorial, es decir integral.
El criterio o razón central del Dr. Montoya de crear el Ministerio de CTI porque “las decisiones políticas y presupuestales se debaten y deciden en el Consejo de Ministros y con ello la ciencia y la tecnología tendrá importancia y más presupuesto” presenta una primera observación razonable: la ausencia del representante del Ministerio de Economía y Finanzas en el grupo de trabajo encargado de la propuesta, clave, porque el proyecto de Ley pasará por la aprobación del Consejo de Ministros donde los aspectos financieros a cargo del MEF terminan inclinando la balanza (si no pregúntenle al Ministro de Educación y su propuesta de estrategias y medidas ante la emergencia de su sector por la crisis sanitaria).
En lo económico, la creación del nuevo ministerio de CTI suma un miembro más en la competencia y repartición del presupuesto (más en épocas de pandemia y pandemonio con sus impactos negativos en la economía). Entonces, además de mayor presupuesto para la ciencia mediante el nuevo ministerio de CTI, y de suponer o esperar que eso hará más eficiente la inversión es importante observar: ¿cómo se logrará eso?, no solo la inversión pública, sino la privada (la que además tiene que incrementarse, nuevamente el ¿cómo?).
¿La propuesta apunta a los fondos como el de INNÓVATE PERÚ del PRODUCE que en los últimos años han mostrado incremento? ¿Qué asegura que un nuevo ministerio mantenga o mejore resultados como el de INNÓVATE PERÚ? ¿Qué sustenta que el ministerio de CTI permita más efectiva y eficientemente conseguir más inversión?
Más observaciones
La experiencia en el país basada en evidencia y pésimos resultados demuestra que el “nivel” de ministerio y el “cargo” de ministro no han resuelto hasta ahora (ni resolverán) los problemas de los 18 sectores o ministerios, si es que no se ven las cosas de manera estructural e integral como sociedad. Y en este punto las siguientes observaciones: ¿Por qué el grupo de trabajo está integrado solo por entidades públicas?, además del MEF faltan varias como Medio Ambiente, Cultura, IMARPE, SERNANP, entre otros. ¿Y las organizaciones y sus integrantes de la sociedad civil, la empresa privada, la academia? Puede ser que la explicación esté en que la creación del Ministerio de CTI es un asunto de política de Estado y eso pasa por la elaboración a “cargo” del Ejecutivo, para que luego sea enviada, analizada, discutida, debatida en el Congreso para su aprobación o no. Esa es la explicación legal-administrativa, pero no corresponde al criterio, forma y espíritu científico donde las cosas se hacen con la participación y discusión universal para construir conocimiento.
Por lo que se sabe, el Ministerio tendrá como nombre Ciencia, Tecnología e Innovación ¿por qué no están presentes los actores de este tercer y fundamental tema? ¿Y las ciencias sociales y las humanidades? ¿Acaso la ciencia (entendida en toda su amplitud como conocimiento) no implica la comunicación, las letras, las artes? ¿O será que la visión o idea de crear el ministerio es solo desde las ciencias duras?, porque estas se traducen en reactores nucleares, aparatos tecnológicos, patentes u otros, que representan cosas o soluciones tangibles; y no se considera a las ciencias sociales prioritarias porque abordan temas intangibles como la informalidad, los conflictos, la violencia, la ingobernabilidad, la corrupción pero con repercusiones no solo tangibles sino estructurales y de alto costo socioeconómico para todos (incluso para la ciencia).
El grupo de trabajo ya está conformado y laborando con un plazo de entregar su propuesta de Ley del Ministerio de CTI el próximo 31 de octubre. Si es poco tiempo, ¿habrá oportunidad para el diálogo? Si al grupo técnico le resulta complicado en tiempo y organización abrir el diálogo ¿por qué no recurrir al Acuerdo Nacional para ello, sobre todo si una de sus políticas, la número 20 trata de ciencia y tecnología? ¿Lo sabían?
Finalmente
La propuesta del Ministerio de CTI como pedido del grupo de científicos peruanos locales y residentes en el extranjero del círculo del Dr. Montoya, y que según el físico nuclear al principio tuvo resistencia de los demás científicos, pero que ahora cada vez más ya se están sumando a favor, si bien se encuentra en acción, quizás no se trata de oponerse, sino de observar el proceso de creación. En ese sentido citando a Mariana Mazzucato experta global del BID en innovación se plantea las siguientes interrogantes u observaciones clave:
¿Cuál es la misión o misiones, no del Ministerio de CTI, sino de las CTI en el Perú? ¿Misiones trascendentes para toda la sociedad peruana o las que pueden ver o querer un gremio como el científico?
¿Qué queremos ser y lograr como nación líder en ciencia, tecnología e innovación, primero en la Región y luego a nivel mundial? ¿Pretendemos ser líderes en nuestras potencialidades como conocimiento ancestral, biodiversidad, energías renovables? ¿En qué tiempo y cuáles serán los impactos, trasversales y no solo de reivindicación de la ciencia con y para los científicos?
Y, por último, la misión de la CTI y no del ministerio que en sí misma resulta ambiciosa y toda una lucha, no será posible o factible si en el proceso no se consideran, participan, dialogan, discuten y construyen conocimiento (ciencia) los agentes públicos y privados.
El conocimiento, la CTI son las herramientas más potentes de transformación social, y el ministerio es un medio y no un fin para lograrlo.