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RAYOS Y CENTELLAS EN LIMA, TAMBIÉN

Que no lo veamos con frecuencia o que no lo sepamos no quiere decir que no exista y mucho menos asustarnos

Publicado: 2021-05-25

La reacción de sorpresa e incluso dramatismo de los limeños ante su “primera” tormenta eléctrica (para la mayoría) es entendible, tanto porque es un fenómeno raro no solo en la ciudad capital, sino en otras ciudades de la costa peruana y que sucede cada cierta buena cantidad de años (aunque el último caso se registró en 1998 como parte de un gran fenómeno del Niño), pero también porque la gente sobre todo los millennials y centenials vive como si todo sucediera en su época.

Vivimos tan tecnologizados y conectados y que a pesar de tener buscadores de información como Google, lo primero que provoca este tipo de hechos “sorpresivos” es ir a las redes sociales para saber lo que otros escriben sobre el tema, pero no buscamos información que nos lleve a buscar en el tiempo antecedentes y sobre todo ¿de qué se está hablando y por qué se produce?

Tormenta, relámpago y trueno

Empecemos. Lo que experimentó Lima fue una TORMENTA eléctrica que produjo RAYOS, es decir un fenómeno físico cuando dos masas de aire de diferentes temperaturas se juntan en la atmósfera, chocan y provocan una descarga eléctrica, que produce primero un destello, un resplandor, es decir un RELÁMPAGO (lo que se ve) y se manifiesta finalmente como un tremendo o estruendoso sonido TRUENO (lo que se escucha). Ese es el orden, primero la tormenta, luego el relámpago y finalmente el trueno, una gran lección que nos dio la naturaleza para recordar lo que en el colegio nos dijeron alguna vez: la luz es más veloz que el sonido (y con seguridad con lo experimentado ya no lo olvidarán).

Otra cosa, ¿con todo lo peligrosa que ya es Lima, se incrementa más el peligro ahora que tenemos también la ocurrencia de tormentas eléctricas? Interrogante que hicieron algunos periodistas en televisión que además de sorprendidos afirmaron que los móviles atraen rayos que pueden caerle a la gente y matarla. Los móviles, sobre todo los actuales están hechos por una cada vez más escasa cantidad de material metálico, si esa teoría fuera cierta habría muchos más muertos por esa causa ahora que en el pasado, y no es así; por lo tanto, la probabilidad es ínfima. Vamos a calmarnos.

Las tormentas son raras, pero no ajenas en Lima

Si bien Lima y la costa peruana no es el Caribe conocida zona de tormentas y huracanes, sí tenemos una historia milenaria de tormentas, sobre todo asociadas a fenómenos del Niño. El registro gráfico de ello se encuentra de manera artística y a la vez inquietante, incluso aterradora, en el sitio arqueológico de Vichama (km 159 Panamericana Norte, distrito de Végueta, provincia de Huaura, Lima) que puede ser considerado por ser la memoria colectiva del cambio climático ocurrido hace más de 3,800 años, según el arqueólogo peruano y experto en el sitio Aldemar Crispín.

Foto: Personajes antropomórficos que de manera perturbadora registran y relatan lo devastador que fue para los habitantes de la época en el valle de Supe, el mega fenómeno del Niño que probablemente provocó la desaparición de la civilización de Caral. Fuente: www.rpp.pe

En Vichama se puede apreciar muros con representaciones de personajes moribundos, esqueléticos, de peces que representan los efectos de una catástrofe natural que afectó gravemente a las poblaciones de la zona hasta llevarlas probablemente a su extinción. “Tal como ocurre actualmente con las catástrofes naturales ocasionadas por el fenómeno del Niño, a lo largo de los últimos 5 mil años la costa peruana ha sido escenario de desastres naturales de gran magnitud” señala Crispín.

Foto: Representación de un sapo símbolo de las lluvias y un rayo cayendo en su cabeza, friso de sitio arqueológico de Vichama. Fuente: https://www.zonacaral.gob.pe/noticias/restos-de-antigua-ciudad-peruana-son-memoria-colectiva-del-cambio-climatico/

¿Y los rayos? Precisamente hay una representación en Vichama que grafica a un sapo (figura que simboliza a las lluvias en nuestra cultura precolombina) y con una grieta sobre su cabeza, es decir un rayo producto de una tormenta eléctrica.

Desde la época republicana hasta la fecha, según lo consigna el archivo del diario El Comercio, se tiene registro de por lo menos de 5 momentos de tormentas eléctricas en Lima:

El lunes 31 de diciembre de 1877, Lima soporta una lluvia abundante, seguida de relámpagos y truenos, despidiendo el año de una forma funesta y perturbadora, tanto así que los limeños muy asustados fueron disparados hacia las iglesias a orar y pedir “perdón” al todo poderoso porque el fenómeno natural lo tomaron con un castigo divino.

Primeros días de marzo de 1925, todo el norte soporta intensas lluvias y la ciudad Trujillo queda prácticamente destruida. Lima nuevamente sufre un aguacero, un fenómeno del Niño de gran magnitud con inundaciones, huaicos y relámpagos y truenos.

Verano de 1970, Lima bajo el agua, las cuales llegaron hasta el aeropuerto Jorge Chávez, otra vez el fenómeno del Niño, con huaicos en la carretera central y claro, tormenta eléctrica de relámpagos y truenos.

Entre 1997 y 1998, la costa norte vuelve a ser azotada por un devastador fenómeno del Niño. El 27 de febrero en Lima, los limeños de Puente Piedra, Carabayllo y de ciertas zonas de La Molina fueron observadores por algunos pocos minutos de relámpagos y truenos. Pero ese fue un anuncio de lo que vendría al siguiente año: un torrente de piedra y lodo originado por un gigantesco huaico en la carretera central cuyo impacto llegó hasta el Rímac e inmediaciones de la plaza de armas de Lima.

La tarde del 25 de noviembre del 2011 (sí, hace menos de 10 años nada más) desde las 4:45 de la tarde y por media hora limeños de distintos distritos de la ciudad informaron en sus redes sociales los estruendos de truenos.

Foto: Gran aguacero registrado en Lima en 1970, una tormenta que vino con el Fenómeno del Niño. Fuente: https://elcomercio.pe/archivo-elcomercio/truenos-y-relampagos-en-lima-el-extrano-fenomeno-meteorologico-que-alarmo-a-la-poblacion-a-lo-largo-de-la-historia-senamhi-clima-de-lima-noticia/

Las tormentas no son presagios o castigos divinos

Hace muchos siglos era explicable que los fenómenos naturales como terremotos, erupciones volcánicas, tormentas fuera asociadas a lo sobre natural, como malos presagios o castigos divinos, no existía el conocimiento o ciencia desarrollada para explicarlos. Incluso, en la época de la Colonia, hay una leyenda que relaciona a las tormentas, a Lima y a Isabel Flores de Oliva o Santa Rosa de Lima. Según el relato, en 1615, las oraciones de la santa para evitar las invasiones de piratas en Lima por acción de Dios provocaron una gran tormenta que hizo retroceder a los piratas holandeses, atribuyéndole a Santa Rosa el milagro de salvar a Lima.

Foto: La leyenda de la “tormenta” de Santa Rosa, no solo reconocida en Lima, sino también en el río de La Plata, litoral de Uruguay y sobre todo Argentina. Fuente: https://cn365.com.ar/2019/08/27/cuando-llega-la-tormenta-de-santa-rosa-a-concordia/

En la actualidad gracias a historiadores se sabe que en realidad el capitán de navío pirata enfermó gravemente (probablemente murió) lo cual precipitó que toda su tripulación desistiera de tomar la Ciudad de los Reyes, y por el lado de meteorólogos la supuesta tormenta de Santa Rosa no fue un milagro sino una secuencia climática bien identificada, correspondiente a los diez días anteriores al 30 de agosto (precisamente, festividad de la santa limeña) y los 20 primeros días de septiembre, fecha en la que se espera la llegada de una tormenta en la porción derecha de América del Sur, la cual no es tan poderosa como dice la leyenda; su frecuencia anual y cercanía al aniversario de la Patrona del Perú, América y las Filipinas, invitó a los lugareños creyentes de esta parte del continente a bautizarla de esa forma.

A la fecha, en las costas de Uruguay y Argentina (país donde Santa Rosa también es patrona de las Fuerzas Armadas) se utiliza la expresión “tormenta de Santa Rosa” para nombrar a los temporales de agosto.

Si bien los fenómenos naturales no tienen que ver con lo divino, lo religioso, mucho menos con lo político, pero los relámpagos y truenos del martes en Lima se tratan del clima, específicamente del cambio climático, y para el caso peruano no fue casual, fue un mensaje o aviso de la naturaleza, si es que no hacemos nada respecto a la contaminación del mar, del aire, a la deforestación brutal de nuestra Amazonía. 

Si pensamos que la pandemia fue lo peor que nos ha sucedido y estamos suplicando porque termine con la vacuna, eso no es lo peor, lo que se viene no solo serán próximas pandemias de origen zoonótico o relacionadas con el abuso de ecosistemas y de la fauna silvestre, sino también lluvias torrenciales, inundaciones, deshielos, sequías, que por cierto no tienen vacuna ni remedio alguno, son irreversibles. Y la falta de preparación y el desinterés de las propuestas referidas al tema ambiental que se vio el pasado domingo en el debate técnico de parte Fuerza Popular y Perú Libre no solo fue vergonzoso sino sumamente preocupante.





Escrito por

Herless Alvarez Bazán

Trabajador textual por pago o por placer, sobre temas de ciencia, ecología, sociedad y cultura. Runner de caminos nuevos o no transitados.


Publicado en

ConCIENCIA

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