Las mujeres desde hace muchas décadas, además de los campos de la física, la química, las matemáticas, la biología, han dirigido investigaciones pioneras en materia de salud pública, vacunas, tratamientos y tecnología innovadora, y en plena pandemia siguen trabajando en primera línea y a la vanguardia para dar respuesta al COVID-19 como científicas, trabajadoras de la salud y mucho más.

No obstante, según datos de ONU - Mujeres de España, el año pasado la brecha de género en el ámbito de la ciencia y la tecnología en promedio a nivel mundial sigue siendo un obstáculo para las mujeres. Solo el 33 % de quienes investigan son mujeres, a pesar del hecho de que representan el 45 % y el 55 % del conjunto de estudiantes en las carreras de grado y maestrías respectivamente, y el 44 % en los programas de doctorado.

Si bien el 70 % del personal que trabaja en el sector sanitario y de asistencia social son mujeres, reciben una remuneración un 11 % inferior a la de los hombres. Y en el Perú, aunque no haya cifras específicas al respecto, se puede deducir que en el pobre nivel de desarrollo de la investigación y la ciencia, en el rubro mujeres la situación está muy por debajo de los niveles internacionales, más si tomamos en cuenta las serias condiciones de centralismo, inequidad, exclusión y machismo a nivel social.

¿Por qué apoyar a mujeres y niñas en ciencia y tecnología?

La pandemia de la COVID-19 amplió las disparidades de género existentes, especialmente para las científicas en las primeras etapas de su carrera, por lo tanto, resulta indispensable que se actúe deliberadamente para que las mujeres puedan desarrollarse sin trabas de ninguna índole y en equidad de condiciones en el camino profesional en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM).

Para empezar a cambiar las cosas, se debe reconocer las contribuciones de las mujeres en el ámbito científico con la finalidad de destruir los estereotipos y erradicar la discriminación contra las mujeres y las niñas que obstruye su desarrollo en este campo.

Solo el 3% de los Premios Nobel otorgados en ciencia han sido para una mujer. Una cifra para reflexionar el 11 de febrero del 2021 en el "Día Internacional de las mujeres y las niñas en la ciencia". Muchas científicas han quedado invisibilizadas por la historia o a la sombra de sus colegas masculinos.

"La ciencia es una disciplina colaborativa, pero tropieza con el obstáculo de la brecha de género. Las niñas y los niños obtienen los mismos resultados en ciencias y matemáticas, pero solo una parte de las estudiantes opta por carreras científicas en la educación superior. Para estar a la altura de los desafíos del siglo XXI, necesitamos aprovechar todo nuestro potencial. Este esfuerzo exige desmontar los estereotipos de género. Hay que apoyar a las científicas y las investigadoras en el ejercicio de su profesión" fue el llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres.

Empezar por reconocerlas

Para empezar a cambiar las cosas lo primero es reconocer a todas esas grandes mujeres dedicadas a la ciencia, quienes se encontraron con grandes obstáculos  o como ya se dijo con el olvido en el tiempo.

Algunos ejemplos de injusticias y exclusión contra grandes científicas en la historia de la humanidad:

Hipatia de Alejandría (Egipto, 350 ó 370 d.C) filósofa, astrónoma, considerada como la primera matemática de la humanidad y la pionera en la historia de las mujeres científicas en la ciencia. Fue asesinada violentamente por fanáticos cristianos, lo cual la convierte también en la primera mártir de la ciencia. 

María Winkelmann-Kirch (Alemania, 1670) primera mujer que en 1702 descubrió un cometa, el C/1702. Sin embargo, cuando solicitó el ingreso a la sociedad astronómica como astrónoma asistente, los académicos la rechazaron. Cuando su esposo, el más famoso astrónomo germano de la época Gottfried Kirch murió, la echaron del círculo astronómico.

Mileva Marie (Serbia, 1875) una superdotada para la física y las matemáticas. Fue la primera esposa de Einstein, y a pesar de que los biógrafos del famoso físico la señalan como una pieza clave para el Premio Nobel de su esposo en 1921, fue invisibilizada por la Academia Sueca.

Lise Meitner (Austria, 1878) fue la segunda mujer en la historia de la prestigiosa Universidad de Viena en conseguir un doctorado en Física. Toda una vida de grandes logros, como los avances sobre fisión nuclear con el químico alemán Otto Hahn quien ganó el Premio Nobel y ella no solo fue excluida de la firma de la investigación, sino que le arrebataron injustamente el Premio Nobel.

Marianne Grumberg-Manago (Rusia, 1921). Vivió desde su infancia en Francia donde se formó como científica en el Instituto de Biología Físico-quimica de la Fundación Rotschild de París, aunque su gran salto fue en 1953 cuando se mudó a Nueva York donde trabajó en el laboratorio dirigido por el español Severo Ochoa, con quien hizo grandes hallazgos sobre el ARN (ácido ribonucleico que posibilita la síntesis de proteínas). Sin embargo, cuando en 1959 Ochoa y Arthur Kornberg recibieron el Premio Nobel en Medicina por los descubrimientos sobre el ARN y el ADN en ningún momento se mencionó el nombre de Marianne.

El Perú no es ajeno a historias de dificultad, exclusión y falta de reconocimiento de grandes científicas, como son:

Laura Esther Rodríguez Dulanto (Chancay, 1872), primera médica peruana en tiempos en que no había estudios secundarios ni universitarios para las mujeres en el Perú, la Dra. Rodríguez desafió los prejuicios de la época y se dedicó a su vocación: la medicina. Con sus primeras lecciones aprendidas de los cuadernos escolares de su hermano, ingresó luego a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde obtuvo el título en Medicina Quirúrgica en el año 1900. Se especializó en ginecología, ejerció la docencia, investigó la tuberculosis y, durante el conflicto limítrofe entre el Perú y Ecuador de 1910, fundó la Unión Patriótica de Señoras.

María Luisa Aguilar (Jauja, 1938), considerada la primera astrónoma del Perú y la mejor en su campo entre hombres y mujeres. Formó académicamente al primer grupo de astrónomos profesionales peruanos al introducir el estudio de las ciencias astronómicas en las universidades peruanas. Señaló que le costó mucho desarrollar su carrera profesional pionera en el campo de la astronomía, dijo: "de joven viví un terrible machismo. Por eso me propuse estudiar astronomía porque deseaba estudiar y trabajar en algo que me diera libertad. Así, la astronomía fue mi vínculo con la sociedad de mi época".

Rebeca Carrión Cachot (Lima, 1907), la primera arqueóloga peruana. Fue discípula y luego trabajó con el arqueólogo Julio César Tello, y en un ambiente dominado por arqueólogos tuvo que batallar mucho, sin embargo, logró el reconocimiento merecido a sus investigaciones que contribuyeron significativamente a la arqueología peruana. Por ello asumió la dirección de los Museos de Antropología y Arqueología tanto de Magdalena Vieja como de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y fue incorporada a numerosas sociedades científicas del Perú y el extranjero.

Como se puede ver, el Día Internacional de las Mujeres y Niñas en la Ciencia" declarada por la ONU es una fecha que toma importancia al advertir una serie de brechas existentes no solo en el mundo sino particularmente en nuestro país, donde aún la participación de niñas y mujeres sigue siendo limitada en el ejercicio profesional de la ciencia. Si bien se ha tenido avances en cuanto al acceso a educación y oportunidades laborales, sin embargo, falta desarrollar una mayor presencia femenina en dichos rubros. Rumbo al Bicentenario de la Independencia del Perú, es necesario seguir promoviendo la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia.

Se ha dicho que #SinCienciaNoHayFuturo, pero en realidad #SinCienciaySinEllasNoHayFuturo

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