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Un gran grupo de jóvenes choca con la policía en Beijerlandselaan en Rotterdam. (Foto: Marco de Swart / ANP / AFP) / Holanda OUT).

EGOÍSMO, LA PEOR PANDEMIA.

A pesar de las nuevas y agresivas olas del virus, la gente en Europa reclama y exige su libertad individual protestando con violencia en las calles y en Perú incumpliendo las medidas de bioseguridad.

Publicado: 2021-01-25

Las mismas sociedades occidentales que tanto daño han hecho dentro y fuera de nuestros países, también han desarrollado principios de validez universal que hicieron posible que la dignidad de todas las personas sea el pilar de la sociedad.

Y es así como las declaraciones de los derechos universales tanto de las Naciones Unidas, como la africana, la árabe, la americana, las de nuestra región tienen un punto en común: cada vida es igual en dignidad a cualquier otra. Desde ese principio nos dotamos de reglas que nos hacen ser optimistas con la evolución de los seres humanos, a pesar de que nuestra vida sea finita, y nos podamos sentir parte, de una comunidad, de una sociedad, de una nación, de la especie humana. Y eso compensa en parte a la inexorable muerte.

Por eso es de vital importancia, no solo en tiempos de “estabilidad”, sobre todo en momentos de adversidades como esta pandemia reconocer que todos somos iguales ante la ley. Que los ricos colaboren de manera proporcional con su riqueza con el conjunto de la sociedad, no solo materialmente, sino también con actitudes y buenos ejemplos. Que sea el patrimonio que se tenga, se respete las normas, los deberes y obligaciones para con los demás, sin que prime el nivel socioeconómico, las influencias, la fama. Porque ante todo está la dignidad humana.

Sin embargo, este maldito virus no solo sigue viralizándose, también igual o más lo hace el egoísmo, ese el que cada vez más gente practica y con lo cual rompe y destruye el cemento o la base de la sociedad: la vida en común, y que ni siquiera el terrorismo más sanguinario y atroz fue capaz de liberar. Porque alguien que pone una bomba no despierta en nadie el deseo de poner más bombas. Pero en cambio los egoístas despiertan al genio malvado que aún nos habita. Y nos dinamita la empatía, el respeto a los demás y la solidaridad.

Y por eso tenemos que resistir, defendernos del egoísmo y también rechazarlo, no con violencia, sino despreciándolo porque además de una inmoralidad, en estos tiempos de pandemia es un delito.

Nuestro querido y recordado Jorge Eduardo Eielson en uno de sus poemas “Nacemos desnudos completamente solos” dice:

Nacemos desnudos completamente solos

Y ensangrentados. Lloramos

Porque sabemos que somos gusanos

Vemos crecer nuestros huesos

Y nuestros sollozos

Como si fueran maleza. Nos consideramos

Pájaros a veces a veces ceniza

Y todo eso velozmente

En un miserable minuto antes

De cerrar los ojos nuevamente

Como si nada hubiera pasado

Y regresar a la tiniebla

Y al gusano.

Que la soledad y el egoísmo hoy más que nunca no nos convierta en gusanos.



Escrito por

Herless Alvarez Bazán

Trabajador textual por pago o por placer, sobre temas de ciencia, ecología, sociedad y cultura. Runner de caminos nuevos o no transitados.


Publicado en

ConCIENCIA

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