ENCUENTRO CIENTÍFICO INTERNACIONAL 2021 EN EL PERÚ
El primer evento oficial peruano, y de orden científico en tiempos de COVID y de cara al Bicentenario que pasa desapercibido.
Mientras muchos privilegiados se aprestan a retornar de sus fiestas de navidad y fin del año que ya se fue; de otro lado, la mayoría de la población desgastada por la pandemia, económicamente, harta no solo de cumplir obligatoriamente las medidas de bioseguridad, sino de la incertidumbre y frustración de no saber cuándo tendremos la vacuna, desde el viernes 2 hasta hoy 4 de enero se realiza en el país una nueva versión del Encuentro Científico Internacional ECI 2021 – verano organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC).
Esta versión del ECI 2021 es quizá la más excepcional de todas las que se realizan ininterrumpidamente desde 1993, sí, desde hace 27 años y que lamentablemente viene pasando desapercibida por la agenda y opinión pública nacional. A pesar de que a puertas de una anunciada e inminente segunda ola del COVID y tras casi un año de pandemia no solo seguimos en la ignorancia, desinformación e incertidumbre espantosa, que solo el conocimiento, es decir la ciencia nos puede rescatar. Pero también porque este año en solo unos meses celebraremos el Bicentenario de la Independencia del Perú.
1821: No solo el inicio del Perú republicano, también el de la investigación peruana
No es casual que el primer evento oficial peruano, y en particular de orden científico y tecnológico, en el marco del aniversario del Bicentenario del Perú sea el ECI 2021. El año de nuestra independencia también lo fue para el inicio de la investigación científica nacional. Nuestro prócer y decisivo protagonista de nuestra independencia, José Hipólito Unanue (médico, naturalista, meteorólogo, catedrático universitario, político, precursor peruano de la independencia, reformador de la medicina y fundador de la escuela de medicina de San Fernando) fue noticia en el extranjero por su investigación sobre las propiedades medicinales de nuestra hoja de coca. MENSAJE 1: “Este año, no solo celebramos el bicentenario de nuestra independencia, sino el inicio de las investigaciones científicas hechas por peruanos”.
La ciencia y la tecnología clave en nuestro desarrollo republicano
En el inicio de las ponencias centrales del ECI 2021, el Dr. Físico peruano Modesto Montoya (fundador del ECI) recordó que el modelo de producción principal del Perú sigue siendo las minas, no solo la minería, sino la explotación de recursos naturales. Gracias a la tecnología, la forma de extracción de nuestros recursos minerales y de otras materias primas ha cambiado en gran medida, por ejemplo, gracias a la modernización de antaño nuestros mineros hoy ya no mueren de silicosis. Claro, también hay consideraciones de orden socioeconómico y medioambientales que cuestionan el desarrollo extractivo del país.
Para el doctor Montoya, el modelo de explotación primaria de nuestros recursos desde nuestra época republicana y que se mantiene en la actualidad tiene dos caras: una positiva, porque dio lugar y oportunidad para que mucha gente migre de la sierra a la costa y que con el trabajo que encontraron en las ciudades obtengan ingresos económicos y mejoren su calidad de vida a nivel personal y de sus familias. Pero también este hecho tuvo una cara negativa, porque se empezó a contaminar el mar, los ríos, lagos, lagunas, a destruir las costas y bahías, talar los bosques, afectar valles, entre otros. MENSAJE 2: “El futuro de un país primario exportador como el Perú, sin ciencia no es auspicioso”.
Hay una gran diferencia entre un país que tiene poca ciencia y otro que tiene mucha ciencia.
El ECI siempre ha respondido a la necesidad y urgencia de señalar la importancia de la ciencia para el Perú. El mensaje de ayer: “Tengamos ciencia para mejorar nuestra calidad de vida”, y el hashtag o frase de hoy que se puso de moda por la pandemia: “#SinCienciaNoHayFuturo” (con seguridad que la campaña electoral lo sabrá utilizar) en términos reales y a pesar del gran esfuerzo de nuestros científicos peruanos NO HA TENIDO RESULTADOS.
Y es que la pobreza económica de los peruanos no es lo peor, sino también la intelectual. Hay en el país un desprecio por la gente pobre y no un sentimiento y acciones por realmente combatir la pobreza, donde la ciencia juega o debería jugar un papel transcendental.
De acuerdo con el Dr. Montoya, ya en 1984, los científicos peruanos del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) advertían que el Perú si solo explota sus recursos naturales, no tendría futuro. Por ejemplo, se sabía que había uranio en Puno (en el año 1983, 1984), tras casi 40 años sigue ahí, sin que lo aprovechemos. También decían que “sin investigación no hay desarrollo”, caso contrario representa el subdesarrollo, cosa que en pleno siglo XXI lo comprobamos dramáticamente. Sin embargo, nadie hizo caso, la prensa no se interesa seria y sostenidamente en el tema y menos aún los gobiernos.
“Un dato curioso, los jóvenes científicos de 1984 tomaron el local del IPEN para demandar sus consignas, pero no les hicieron caso. Solo con esa expresión de fuerza lograron el interés de la prensa y el gobierno de la época formó una Comisión de “alto nivel”, sin embargo, las cosas no fueron más allá y la realidad siguió inerte e incluso peor” señala el Dr. Montoya, y remata con la siguiente frase: “Si no quieres resolver un problema, forma una comisión”.
¿Cómo avanza la educación en el Perú y cómo avanza la educación en ciencia y tecnología?
El presente ECI también nos permite responder y comprobar esta pregunta: Pésimo, basta visitar los pocos centros politécnicos del país, sobre todo los del interior del Perú, para comprobar el total abandono del Estado (herramientas oxidadas, equipos obsoletos e inoperativos). Sin embargo, surgieron algunos institutos tecnológicos privados. En la práctica, el Estado decidió de una manera consciente abandonar la educación tecnológica pública. Este abandono determinó que aparezca la inversión privada en educación y a la par, años después, se critica las leyes que fomentaron la masiva creación de universidades privadas de baja calidad, es decir, la educación como negocio.
“En lugar de criticar y derogar leyes, los políticos y congresistas deben crear leyes para retomar y fortalecer la educación pública, de tal manera que sean tan fuertes que no tengan competencia, como lo hacen en Alemania y otros países desarrollados europeos” manifiesta el Dr. Montoya, que además señala: “El Perú es uno de los países que en la región menos publican sobre ciencia y tecnología, Ecuador y Perú son los dos países que menos investigaciones publican. Hasta el 2008 el país publicaba el doble que Ecuador. Desde el 2018 ahora el vecino del norte nos ha superado.
El Perú no tiene una política de ciencia y tecnología
A esto se suma el tema de los recursos, aunque haya una política por más intencionada, pero no se destina recursos económicos, los científicos peruanos no podrán hacer mucho. Un ejemplo: con la pandemia, le permitieron al CONCYTEC utilizar 6 millones de soles para concursos de proyecto contra el COVID, es decir, un poco menos de 2 millones de dólares, para todos los investigadores del Perú. Esa cantidad es lo que le dan solo a un científico en Estados Unidos (en promedio, puede ser más) por ejemplo, para montar un laboratorio. No es culpa del CONCYTEC, sino del Estado que no es consciente y no decide invertir seriamente en Ciencia y Tecnología.
“También hay ideas controversiales sobre la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, las opiniones están divididas. En América del Sur, una política exitosa que ha llevado a la creación de un Ministerio de la Ciencia y la Tecnología tiene como ejemplo a Brasil, Argentina Chile, Colombia, e incluso Venezuela, menos el Perú”, señala el Dr. Montoya.
Política en Ciencia y Tecnología sin recursos no es efectiva
Según el Dr. Montoya que exista una política nacional en ciencia y tecnología (CyT) no es decisivo, lo que realmente cuenta es lo que un Estado invierte en CyT y lo que ganan sus científicos estatales.
¿Cómo es posible, que Julio Kuroiwa, uno de los científicos más grandes del Perú haya terminado con una jubilación de 1,400 soles al mes? ¿Cómo es posible que cuando se quiera repatriar a un científico para enseñar en la UNI se le ofrezca un contrato temporal de seis meses por montos de 2 mil o 3 mil soles? Hace años que no hay nombramientos. Son los cuestionamientos que hizo el Dr. Montoya en el ECI 2021. Por lo tanto, nadie va a venir al Perú si esa es la forma en que se trata a los talentos científicos. MENSAJE 3: “Un país que no decide traer a sus talentos no tiene futuro”.
MENSAJE 4: Sin ciencia estamos indefensos.
La falta de educación científica, los peruanos no tenemos educación científica seria, que nos hace desconocer las reglas de bioseguridad, de creer en noticias falsas, teorías de conspiración o posiciones de irracional desconfianza como los que defienden los antivacunas.
Cuando se presentó el COVID todo el mundo se preguntó ¿qué pasa?, ¿qué hacemos?, y la respuesta estuvo y sigue estando en la ciencia. Pero en el país como a la ciencia no se le da importancia, ante una catástrofe como el COVID las acciones y respuestas están al otro extremo, por ejemplo, apelar a curas a base de hierbas, toma de dióxido de cloro, medicina de animales como formas “efectivas” de luchar contra el COVID.
El ECI del Bicentenario
Los tres días del ECI, los científicos y las ponencias dejan en claro un decisivo mensaje para el Perú: “Así como hubo gente que luchó por la independencia del Perú, hoy los peruanos tenemos el deber de luchar con las armas que tenemos los profesionales y científicos, es decir con el conocimiento.
El ECI se clausura hoy con una mesa de candidatos a la presidencia de la República que expondrán sobre Política, Ciencia y Tecnología en las propuestas y planes de gobierno. Será la ocasión para observar si esta vez pasamos del discurso de la importancia de la ciencia a los hechos.
MENSAJE FINAL: La esperanza es que empecemos a cambiar con el próximo bicentenario para una verdadera independencia del Perú, que no será posible sin la CIENCIA.