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ALGO MÁS TÓXICO QUE EL FACTOR POLÍTICO SEÑORA K ES EL FACTOR SANITARIO K

Si están pensando en celebrar el Halloween criollo o haciendo planes navideños y de fin de año

Publicado: 2020-10-28

Somos espectadores de la segunda ola europea arrasando nuevamente los sistemas de salud de primer mundo, y con ello escuchamos a mucha gente decir: “ya qué tanto lío con el Perú, ¿por qué reclaman las pruebas moleculares, rastreos de contactos, tanta cosa?, ¿para qué? Si Europa tenía todo eso, e igualito les llegó su segunda ola con todo, a nosotros también nos tocará”. Esa visión y manera de pensar desde el otro lado del charco es el problema de vivir en un mundo donde creemos que el mejor ejemplo es Europa o el mundo que llamamos o conocemos como “occidental”.

¿Cuántos sabíamos que Asia tuvo también una segunda ola, pero entre julio y agosto?, sobre todo los países asiáticos más desarrollados como Japón, Hong Kong, Singapur; a excepción de China que fue el único que no tuvo una segunda ola generalizada. Lo que sucedió en los mencionados países orientales es que una ola salvaje como la europea no es inevitable. ¿Y qué hicieron los asiáticos? Ellos entendieron ya desde marzo lo que los países occidentales se tomaron bastante tiempo en comprender, que el contagio por aerosoles es la principal vía de transmisión.

¿Se acuerdan las 3 C que casi al comienzo de la pandemia ya lo había mencionado en anteriores artículos? Como en plena reactivación socioeconómica a la peruana, seguro ya se olvidaron se los recuerdo: evitar espacios Cerrados; los encuentros Cercanos y los lugares Concurridos. Y eso no fue un invento personal, lo tomé de los japoneses que, desde hace meses, mucho antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) empiece a discutir todo el rollo de los aerosoles; los del país del sol naciente ya lo tenían claro e implementado.

Los aerosoles, como también se puede recordar, son esas gotículas que al ser más finas que las normales caen antes de llegar a los dos metros; y que por su levedad se quedan flotando en el aire, y si no hay ventilación pueden perfectamente cruzar una habitación y contagiar. Eso que recién se ha hiper, recontra, ultra comprobado, ya lo habían identificado y comprobado empíricamente los países asiáticos y actuaron en función de eso. Por eso, un par de meses luego de controlada la situación pudieron hacer fiestas al aire libre en Wuhan, en el mismo epicentro de la pandemia.

Pero también detectaron otra cosa, y en estos días investigaciones occidentales como la del “London School of Hygiene and Tropical Medicine”, o un estudio reciente publicado en "Nature" lo han corroborado. El hallazgo fue que la gran mayoría de contagios tienen como origen unos pocos eventos (una reunión familiar o de amigos mal ventilada, por ejemplo) y unos pocos enfermos, gente que tiene, o una gran carga viral o mucha vida social.

Nada que celebrar en esta pandemia

Al respecto se estima que un 80% de transmisiones son solo producidas por el 10% ó el 20% de casos, o sea un Pareto perfecto. De hecho, el 67% de personas no contagia a nadie. Esta es una pandemia que depende, sobre todo, de los supercontagiadores. Ese es el famoso factor K que tanto se está escuchando en estos días, que no es el factor de la señora K (también tóxico), sino que es el factor de dispersión o transmisión de la enfermedad.

Esta es una pandemia que depende, sobre todo, de los supercontagiadores. Ese es el famoso factor K que tanto se está escuchando en estos días.

Muy bien, todo esto es una teoría muy interesante, pero ¿cuál es la consecuencia en el mundo real? Al parecer los países occidentales están haciendo el rastreo al revés. Si hay un contagio, no es tan importante rastrear a los contactos posteriores al contagio, sino a los contactos que podrían haber contagiado. Así lo hicieron en Japón y funcionó muy bien.

“En la primera ola, los países europeos han mirado al bosque y se han distraído con los árboles” comentó en una entrevista un epidemiólogo del gobierno japonés. Lo mismo se hizo y funcionó en Corea del Sur también. Y esto puede explicar un montón de cosas, por ejemplo, ¿por qué unos países son más golpeados que otros? o ¿por qué en la Casa Blanca todos andaban sin mascarillas durante meses sin que nadie se contagie, hasta que todos se contagiaron en un evento.

¿Por qué ocurren esos casos que ya todos conocemos? De un solo caso detectado en una casa, en una familia en la que varios miembros conviven, pero el resto de la familia parece haberse salvado ¿acaso el virus no contagia tanto como todos pensábamos? No se trata de eso, no es que no contagie, si no es que algunas personas contagian más que otras.

Como todo con este virus, es incierto, es una lotería en verdad. Una cosa que siempre se dice “este es un asunto de alta tecnología, es un tema de los países asiáticos que viven en el 2030”, sin embargo, no es así. Los países asiáticos empezaron a hacer este rastreo de contactos hacia atrás porque tenían, como en el caso del Perú y como en los demás países al inicio, escasez de pruebas moleculares, y pensaron, y se les ocurrió que más eficiente y efectivo era no gastar las pruebas moleculares en todos los que uno pueda haber contagiado, sino en los que habrían podido contagiar, para evitar de esa manera que el contagio siga propagándose. De hecho, si alguien ya contagió es mucho más probable que esa persona siga contagiando a que otro contagie, es un tema de matemática simple.

A manera de conclusión prestar atención a lo siguiente: El Perú tiene una ventaja sobre la actual situación europea, tiene tiempo para prepararse, sabiendo lo que se hizo mal en Europa, lo que se hizo bien en Asia, tenemos tiempo para abastecernos de pruebas moleculares, entrenar rastreadores, adaptarlos al factor K, tenemos tiempo para aminorar una segunda ola, o en el mejor o alucinante caso evitarla, si realmente nos lo proponemos antes. 

El Perú tiene una ventaja sobre la actual situación europea, tiene tiempo para prepararse, sabiendo lo que se hizo mal en Europa, lo que se hizo bien en Asia.

Y nuevamente, cada uno desde nuestras casas ya sabemos lo que tenemos que hacer: evitar las 3 C, es decir, los encuentros Cercanos, los espacios Concurridos y los lugares Cerrados. A seguir cuidándonos, y no olvidar tampoco que la pandemia vino de afuera, pero el pandemonio lo generamos nosotros.


Escrito por

Herless Alvarez Bazán

Trabajador textual por pago o por placer, sobre temas de ciencia, ecología, sociedad y cultura. Runner de caminos nuevos o no transitados.


Publicado en

ConCIENCIA

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